Los buenos adentro, los malos afuera
1 Comments Published by Revista Burdel Abierto on Friday, December 21, 2007 at 8:02 AM.
por Alejandra Yermany
El miedo colectivo que ha generado este último tiempo el alza de los robos violentos a casas particulares y empresas ha elevado considerablemente la compra de implementos de seguridad y accesorios de defensa personal. Los chilenos están asustados y no dudan en gastar, muchas veces más de lo necesario, en cercar sus casas contra la delincuencia. ¿Psicosis justificada o una excesiva exposición medial?
El miedo colectivo que ha generado este último tiempo el alza de los robos violentos a casas particulares y empresas ha elevado considerablemente la compra de implementos de seguridad y accesorios de defensa personal. Los chilenos están asustados y no dudan en gastar, muchas veces más de lo necesario, en cercar sus casas contra la delincuencia. ¿Psicosis justificada o una excesiva exposición medial?
Segurito, el clásico personaje de la Asociación Chilena de Seguridad queda chico al lado de la locura colectiva que ha provocado, estos últimos días, la ola de robos y violencia en nuestra capital. Los antiguos perros guardianes y las panderetas con rejas de púas han sido reemplazadas por implementos muchísimo más modernos, de alta tecnología y efectividad. Armas, cercos eléctricos, alarmas conectadas a centrales de monitoreo y puertas blindadas han venido a ocupar el lugar de las clásicas protecciones que ya no sirven de nada.Hoy, el gobierno planea la creación de un Ministerio de Seguridad mientras los informes de estudios privados y públicos aseguran que ha habido una baja en los delitos.
La encuesta de victimización del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), señala que la delincuencia tuvo un leve retroceso a fines del año pasado. Lo mismo que arroja la encuesta hecha por la Fundación Paz Ciudadana.¿Estamos entonces frente a una contradicción, en donde por un lado hay un aumento en el miedo y por el otro, una baja en la delincuencia?Al parecer, los santiaguinos se cansaron de ser víctimas. Sienten miedo, sí, pero a la vez han asumido una postura más autónoma ante la delincuencia.Que los perros se jubilenCuando las personas piensan en seguridad, piensan en absolutamente todo. Como nos muestra el documental de Michael Moore “Bowling for Columbine”, Chile, al igual que Estados Unidos, ha empezado a armarse hasta los dientes. La venta de armas blancas y sobre todo de fuego ha aumentado considerablemente y esto, gracias a la facilidad con que uno puede comprarlas.
En la sección civil de la FAMMAE admiten que el aumento en la demanda ha sido considerable. Sergio Ossandón, jefe del área de ventas cuenta que este último tiempo se han disparado las cotizaciones de armas y que la venta de éstas ha tenido un aumento considerable.Lo que más asombra es la facilidad del proceso de compra de un arma de fuego.
Cualquier persona –sí, cualquiera- puede tener un arma, sólo basta con cumplir ciertos requisitos que son básicos: ser mayor de 18 años, presentar un certificado de antecedentes para fines especiales “clase D” (por el cual sólo hay que pagar, sin necesidad de justificación alguna), un examen psicológico que puede ser reemplazado por el carné de conducir pues, aunque suene extraño, se supone que al sacar el permiso de manejo uno debe pasar un test psicológico. Además se debe dar un examen de manejo de armas en la Comandancia de la Guarnición en donde, finalmente, uno presenta todos estos antecedentes y recibe a cambio una autorización para la compra del arma.Más fácil imposible, aunque, según cuenta Sergio, la tenencia de un arma queda registrada con domicilio y existe una red de seguimiento de cada arma con tal de estar al tanto de quiénes y dónde poseen armas.
“Si tu sales a la calle con el arma en la cartera, estás frita, porque si algún carabinero te registra, estarás siendo portadora ilegal de armas, ya que sólo existe permiso para la tenencia en domicilio, no para el porte de armas”
Hay mucho miedo en lo que está pasando hoy en Chile, en la violencia con la que actúan los delincuentes y en la posibilidad de violación o maltrato hacia sus hijos”. Y para esta demanda femenina existe una amplia gama de armas más pequeñas, pero igualmente efectivas.“Las que más se venden son las de nueve milímetros. Esas se venden harto, las mujeres se las llevan porque, te insisto, no quieren asustar y amedrentar a los antisociales, quieren apuntar y disparar a matar”. Según cuenta Sergio, la gente acude a cotizar, pregunta por todas las armas, ven precios y a veces los vendedores se las muestran para que vean cómo las sienten, si les queda cómodas al porte de sus manos, si pesan mucho o no. Últimamente la venta de escopetas también ha aumentado, porque las necesitan los que viven en las parcelas de los alrededores de Santiago. “Los que compran revólveres son quienes viven acá en la ciudad y, como te dije anteriormente, los hombres las compran para defender a la familia, ya no confían en los perros ni en las rejas y ven en las armas una posibilidad más efectiva de amedrentar a los delincuentes, mientras que las mujeres hoy quieren matar a los agresores”.
“El producto no es nuevo en Chile, llevamos un año vendiendo nuestras puertas a empresas y locales de venta de joyas y artefactos de valor, pero ahora, la demanda de particulares ha crecido increíblemente” – cuenta Víctor Hugo García, vendedor de RINO en Chile.
Obviamente, la exposición mediática respecto al tema ha sido de gran ayuda para esta empresa, pues –como cuenta Víctor- “hemos salido en la tele, en los matinales y en varios programas indicando cómo funcionan nuestras puertas. El boom mediático ha sido nuestro vendedor estrella”.Estas puertas están hechas de acero, generalmente de dos milímetros y poseen todo un sistema distinto de cerradura.
“Cuando usted pone la llave, se activan varios pernos que están estratégicamente ubicados con tal de fijar la puerta al muro. Hay uno hacia el dintel, otros hacia el piso y un perno móvil hacia la bisagra, el cual queda inserto en el muro. Así, su puerta queda absolutamente integrada al muro de la casa”.Víctor cuenta entusiasmado que, a pesar del alto valor de las puertas –que van desde los 300 mil pesos- la gente ha llamado para contarles sus experiencias.
“El otro día nos llamó un caballero que había comprado una de nuestras puertas y nos contó que le habían entrado a robar, pero que los ladrones habían entrado por otra parte y que la puerta, que mostraba claros intentos por abrir la chapa y dos fuertes marcas como de golpes con algún tipo de mazo, estaba intacta. A pesar del robo, que según recuerdo fue menor, el cliente estaba sumamente satisfecho”.
A todas las puertas se les enchapa en madera porque “para los chilenos es súper importante la estética. La gente nos pide que la puerta quede bonita, que no se vea tosca ni fea. En general hemos notado que a la gente le gusta que su puerta sea acogedora y la madera es lo que más se ocupa. Nosotros tenemos sucursal en Argentina y allá sólo piden seguridad, en cambio en Chile parece que somos más exquisitos, queremos cosas seguras pero igualmente lindas”.
CERCO-ELECTRIC es una empresa especialista en alta seguridad. Ellos diseñan, proponen y venden soluciones de “protección perimetral” para cualquier tipo de propiedad. Es decir, analizan las características del domicilio en cuestión y cercan toda la vivienda, según las condiciones y características que esta posea.Rodolfo Hoffman está a cargo del área de venta de CERCO-ELECTRIC y cuenta que ellos aparecieron en el mercado el año 2001 y que desde esa fecha, la venta de sus sistemas de seguridad ha aumentado en un 200%.“Lo que nosotros ofrecemos es un completo sistema de cercado eléctrico para el hogar. Nosotros hacemos la instalación completa, según las características de cada domicilio”.
En un principio se pensaba que los cercos podían ser peligrosos, pero no lo son más que cualquier reja con puntas de tiburón”Claro, el tema es complicado, porque estos cercos cuentan con un voltaje que es alto, pero que “no causa ningún tipo de secuelas ni menos la muerte”.El proceso de instalación de estos circuitos es paulatino. “Primero se visita la casa, se ve el perímetro, se conversa con los vecinos y se ven las condiciones de vulnerabilidad de la propiedad, lo que determina la cantidad de líneas que se van a utilizar en el cerco”. Estos cercos de protección pueden tener hasta 20 líneas o más.
Una encuesta de seguridad realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas y entregada este 5 de julio, expresó que la tasa de victimización -es decir, el número de personas que reconoce haber sido víctima de un delito- bajó 4,7 puntos entre los años 2003 y 2005, pero que el temor a ser víctima de algún delito aumentó de 47,8% al 48,6%. Además, señala que el problema de mayor importancia para los chilenos hoy, es el de la delincuencia con un 41%, seguido por la pobreza y el desempleo.Debido a esto, el debate en torno al papel de los medios de comunicación y la sensación de inseguridad ha tomado fuerza.Si navegamos por Internet y visitamos los sitios de Canal 13 o de TVN es posible contabilizar que, del total de noticias expuestas en la página principal, alrededor de cuatro o cinco de ellas tienen estrecha relación con los temas de seguridad y delincuencia.
La Fundación Paz Ciudadana, a través de su estudio, manifiesta que las cifras no hablan de un aumento en el índice del temor, aunque la ciudadanía parece reflejar lo contrario.De todas maneras, el estudio expresa que esto no es un problema exclusivamente causado por los medios.El director de la fundación Gonzalo Vargas señala que el temor se debe a dos factores fundamentales: “la experiencia directa o indirecta sobre la delincuencia y la vulnerabilidad que uno como persona siente. Características como el ser mujer, la edad y el nivel socioeconómico afectan determinantemente en el temor también".
El punto es que, con todo el despliegue de ofertas relacionadas a la seguridad y la defensa personal, hay quienes continúan esperando mayor respaldo de parte de instituciones -como la corte suprema- y del actual gobierno, el cual ha tenido que enfrentar las duras críticas de la oposición y de una ciudadanía que aun tiene la esperanza de poder vivir sin un arma bajo la almohada.